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Me llamo Mario Girón, tengo 40 años y actualmente vivo en Madrid, un detalle que quizás no sea crucial, pero que añade un toque personal a esta presentación.

Mi trayectoria profesional no siempre fue clara. Como muchos estudiantes sobresalientes de los 90, mi camino se inclinó gradualmente hacia la ingeniería, aunque más tarde descubrí que quizás no era la elección más acertada para mí.

A los 18 años, me encontré estudiando asignaturas que no resonaban con mi perfil, que no me motivaban y, en muchos casos, que ni siquiera llegaba a comprender del todo. Sin embargo, no todo en esos años universitarios fue negativo.

Las largas tardes en el laboratorio resultaron ser cruciales. Fue ahí donde descubrí mi verdadera pasión: resolver desafíos complejos como el problema recursivo del salto del caballo en programación. Pasar innumerables horas frente a un ordenador, luchando por descifrar algoritmos complejos, me abrió los ojos a un mundo lleno de posibilidades infinitas. Trabajar en equipo, sintetizando diversas opiniones y conocimientos para resolver problemas, amplió mi perspectiva y me mostró el camino hacia lo que podría ser mi futuro.

Reconozco que en un principio no tomé las decisiones más acertadas. Si hubiera continuado en ingeniería, mi vida sería diferente. Pero, siguiendo la teoría de la “unión de puntos” de Steve Jobs, creo que cada experiencia me ayudó a moldear al profesional que soy hoy.

A partir de ese descubrimiento me dediqué por completo a la programación, abarcando diferentes ámbitos. Mi primer encuentro profesional se produjo en una gran consultora haciendo soporte a varios proyectos de telecomunicaciones y banca con Java como lenguaje principal.

Esos años de corbata y traje me ayudaron a darme cuenta de que si seguía por ese camino, había altas posibilidades de estancarme y corría el peligro de no saber cómo salir de allí o, en caso de averiguarlo, dónde podría encaminar mis pasos.

Siempre he sido bastante autodidacta, así que tomé la decisión de formarme como desarrollador móvil en un momento en el que las aplicaciones móviles estaban empezando a despuntar. Además, hace ya más de 11 años, empecé a compartir contenido en Youtube orientado a formar a todos aquellos que quisieran empezar a programar para dispositivos iOS (Algún vídeo queda todavía de aquella época…)

Compartir contenido en Youtube y crear una pequeña marca personal alrededor de mi persona me permitió conocer a mucha gente del mundo de la programación. Me permitió también descubrir una comunidad enorme de personas compartiendo sus experiencias y remando juntos para poder mejorar como grupo.

En ese momento me vino la oportunidad de cambiar de trabajo, de cambiar incluso de ciudad y hacer una apuesta personal y profesional muy fuerte. Pasé de la gran empresa en la que solo eres un número entre muchos a la pequeña startup más familiar donde la responsabilidad cae más a menudo sobre tus hombros.

Durante esta etapa descubrí mi verdadera vocación por la formación. Estuve recorriendo España impartiendo todo tipo de cursos y ganando experiencia en cada uno de ellos. Cada una de las formaciones impartidas me ha hecho crecer como profesional y me ha permitido forjar unas herramientas fundamentales en mi día a día.

Actualmente, mi enfoque profesional ha tomado un rumbo definitivo hacia la formación. Especialmente, me he involucrado en la modalidad de bootcamps, donde aplico toda la experiencia y conocimientos adquiridos a lo largo de los años. Trabajo como profesional autónomo, colaborando con diversas escuelas. Esta faceta me permite no solo impartir conocimientos técnicos, sino también compartir las lecciones aprendidas en mi trayectoria, ayudando a otros a navegar en el cambiante mundo de la tecnología.

El formato intensivo y práctico de los bootcamps es ideal para mi estilo de enseñanza, permitiéndome sumergir a los estudiantes en un ambiente de aprendizaje dinámico y altamente enfocado. Mi rol como instructor autónomo en diferentes escuelas me ha dado la oportunidad de conocer y formar a una amplia variedad de estudiantes, cada uno con sus propios sueños y aspiraciones. A través de este camino, continúo creciendo profesionalmente, enriqueciendo mi experiencia y, lo más importante, contribuyendo al desarrollo de futuros profesionales en el campo de la tecnología.

Reflexionando sobre mi trayectoria, desde los inicios inciertos en la ingeniería hasta mi actual dedicación a la formación en bootcamps, reconozco que cada paso ha sido esencial en la construcción de quien soy hoy. El viaje no siempre fue lineal, pero las experiencias acumuladas han sido invaluables. Ahora, como formador autónomo, tengo la oportunidad única de influir positivamente en la próxima generación de profesionales de la tecnología, un papel que asumo con gran responsabilidad y entusiasmo.

Espero continuar en este camino, evolucionando y aprendiendo cada día, mientras ayudo a otros a desarrollar sus habilidades y a alcanzar sus metas profesionales. Agradezco a todos aquellos que han formado parte de mi viaje, desde colegas y mentores hasta estudiantes, por su inestimable contribución a mi crecimiento. Juntos, seguimos avanzando en este emocionante mundo de la tecnología y la innovación.